Tener un blog no es para todos

Tener un blog es como tener un hijo y hasta ahora yo he sido un mal padre. Me he ausentado mucho tiempo, he sido irresponsable, descarado, pretendiendo volver de a momentos como si nada. Mi blog me reclama siempre, me dice que me vaya, que ya no vuelva más, que soy el peor padre, y tiene razón, tiene toda la razón y merezco ser tratado así.

A veces entro con la intención de escribir algo nuevo para revivirlo. Creo una nueva entrada y comienzo a escribir, un par de lineas solamente y un titulo improvisado. Ahí es donde se me acaba la inspiración, entonces guardo el borrador y me pongo a leer otros blogs. Cuando finalmente la inspiración llega me doy cuenta de que no me gusta lo que escribí. Borro, elimino el borrador, cierro, apago y me voy lejos de cualquier dispositivo con acceso a Internet.

Para tener un blog hay que tener tiempo, dedicación, compromiso, ser constante y tenerlo al día. No solo tienes que saber escribir, te tiene que gustar también. Eso, y leer, sobre todo leer... tienes que amar leer. Si no lees no escribes, si no escribes no hay blog. Actualmente no leo ni la mitad de lo que leía cuando creé este blog (aunque en ese tiempo tampoco leía mucho). Claro que estas son solo excusas rebuscadas tratando de justificar mi injustificable falta de responsabilidad para bloguear.

Mi consejo es que si no tienes lo que se necesita para hacerte cargo de un blog, no lo crees; si ya lo creaste tienes que encargarte de él. Este es mi blog, yo soy su padre y lo amo, por eso nunca lo abandonaré.

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